Hace justo una semana quedé con unos amigos en que cada uno escribiría un poema con este tema. Aún no los hemos puesto en común, pero aquí va el mío.

A la luz del gin-tónic
se caen los mitos, falsas promesas
que en torrenciales símbolos
no rozarán papel.

A la luz del gin-tónic
todos los labios son más labios,
inclinamos nuestra vida hacia
un encrespado mechón de pelo
obstinado en cada latido.

A la luz del gin-tónic
hay secretos que se hacen menos,
balbucientes palabras confusas
se revelan
lúcidas manifestaciones
de almas turbiamente dobladas,
dobladas a otros caminos,
caminos que sueñan con vidas,
vidas como arrojadas al mar.

A la luz del gin-tónic
la decencia es casual
y más decencia;
encontramos cuerpos
al azar,
encontramos cuerpos
que nos rozan,
encontramos cuerpos
que iluminan
e invitan a descubrir rincones
de piel contra piel, encontramos
fluorescence rastro en cuerpos
desnudos a la luz del gin-tónic.

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