¡Mil veces te he dicho
que no respondas a mi llamada!
Tú, sin embargo, te relames
como soñando gotas de sangre aún por borbotar.
Quédate en el otro lado
justo donde Alicia se fugó,
allá donde la Reina Blanca nunca fue princesa,
donde el sueño está por descubrir
y también por enterrar.
Yo, mientras tanto, seguiré atado
a tus recuerdos circulares, a tu
sempiterna pesadilla que vuelve
sin querer, rezumando el odio que te tengo
y que aún espera por tenerme.
No, no te engañes. No quiero,
ni por un momento que te levantes.
¡Quédate ahí! Ese es el sitio que nos corresponde,
querido Jekill, querido Hide.
Jugando al quién es quién,
o a cuál es peor…
si el loco criminal que se asoma,
o el tétrico doctor que se esconde.
Da lo mismo. Todo está vencido.
Todo el porvenir
ya fue pasado.