Los Restos del Naufragio

Los restos del naufragio
tienen ese sabor ácido a limón
y un terrible redoble de cabeza;
borrosos recuerdos de sonrisas,
cervezas y cinturas.
Son al fin y al cabo las muescas
por imprimir en las cartucheras.
Noche vedada a los labios,
mañana blanca de un desayuno
por cumplir,
escritura semiautomática
como quien dispara versos
sobre los restos del naufragio,
esto, esto soy.

Tú, finalmente en tu mañana
cuidarás tus libros y asearás tus dientes
inconsciente aún de semejante desastre,
de tamaño cataclismo.

No os lamentéis. Aún vivo.
Incluso en este estado a la deriva
me impongo. Sigo, como quien recibe
los versos al pie de su naufragio
y vive en sus restos,
pero al menos vive.

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