Un Año

Un Año

Cada vez más
ermitaño, más espartano, más estoico;
y dejo de creer que hay
amor, dolor, desilusión…
emociones pasajeras, de aliento deshinchado.

Nada existe, es sombra, una quimera
por donde pasan las estaciones.
Estoy a las duras y a las de cal,
donde haya que echarse más de tripas,
y dejo a otros
días de vino y rosas:
esos no son para mí –ni lo pretendo-.

Yo vuelvo al surco del papel arado
por otros que fueron más sabios,
yo vuelvo al pasado de los que no callan
y a veces ni se les escucha,
yo vuelvo porque sólo recuerdo el regreso
-yo vuelvo-.

Dejad constancia de mis callos
ermitaños, espartanos, estoicos…
y borrad las huellas
de lo que está en pasado.

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