Yo nunca seré Tamara Berbés

Tengo la terrible suerte de trabajar con amigos y con gente que admiro y sí, digo que es una suerte terrible porque nunca podré ser como ellos.

En el mundo de la interpretación tenemos esa terrible suerte. No puedes hacer un papel porque eres demasiado gordo, demasiado delgado, blanco, negro, joven, mayor, hombre, mujer, guapo, feo o cualquier otra idea que se os pueda por la cabeza… pero no podemos sentirnos discriminados por esas razones. Sé que nunca podré hacer de Desdémona, ni de Otelo, pero tal vez pueda ser un Yago aceptable, y sé que del mismo modo habrá algunos personajes que irán desapareciendo de mi espectro y otros aparecerán. No hablaré de lo que trabajan mis compañeros y de la dedicación que empeñan para hacer de su sueño su trabajo, eso se quedará en el tintero.Cúpula del mal

Tamara Berbés viene de ganar el premio de la Asociación de la Prensa a la mejor interpretación en el festival Almería en corto, y es un premio más que merecido. No, no he visto ningún corto más que el suyo. De hecho, vi el corto en compañía de otras dos personas y con la actriz, es decir, en buena compañía. El corto es Encadenados y aunque el guión no sea ningún alarde de originalidad, sí es cierto que tanto Tamara Berbés como Julio Béjar realizan un trabajo excelente y por otro lado la fotografía y el montaje son más que acertados, que sumado a la dirección hacen de este un cortometraje más que aceptable. El caso es que nada más terminar de ver la grabación Tamara nos preguntó. Yo estaba en silencio, sin saber qué decir, pero esto también es algo que me pasa cuando veo por primera vez algo. Había estado viendo el metraje con una actitud crítica que desapareció al empezar a entender qué era todo lo que nos daba su protagonista, con cada escena, con cada toma, llegándome a olvidar que era mi amiga quien estaba ahí detrás, la misma que estaba a mi lado. Acabó el corto y lo único que sabía es que se iba a llevar un premio por esa actuación, no sabía ni dónde, ni cuándo… ni me importaba. Había visto una de esas interpretaciones que me hubiese gustado hacer a mí.

Ahora espero que ese corto viaje a otros concursos y que compita. En otras palabras creo que el óscar de Bogart por La reina de África es mucho más grande ya que competía con Un tranvía llamado Deseo y el enorme Brando. Esto es lo que deseo para esta interpretación… poder medirse con otras grandes. Pero quizás lo que más desee en estos momentos no es otra cosa que seguir quedándome con la boca abierta, seguir soñando y decir, maldita sea, yo nunca seré Tamara Berbés.